La retina es un tejido sensitivo a la luz que se encuentra en la parte posterior del ojo. Convierte los rayos de luz en impulsos eléctricos que viajan a través del nervio óptico hasta el cerebro. Aquí las imágenes se “interpretan” transformándose en lo que vemos. Una retina sana e intacta es fundamental para tener buena visión.
En la retinopatía central serosa (RCS), también conocida como corioretinopatia central serosa, la acumulación de liquido debajo de la retina sería la causa por la cual la visión se afecta. El origen de este liquido parecería venir de filtraciones desde un tejido vascular debajo de la retina conocido como coroides. La coroides en pacientes con RCS suele ser de un espesor mayor al normal, por lo que se cree que hay un aumento de la presión capilar en esa zona. Esta presión suele vencer a otra de las capas de la retina, la cual esta encargada de prevenir estas filtraciones y es conocida como epitelio pigmentado de la retina (EPR). Cuando, por razones aun desconocidas, algunas pequeñas áreas del EPR pierden la habilidad de “contener” esa presión, el líquido empieza a acumularse primero por debajo de esta capa, parecido a como seria la formación de una ampolla en la piel. Como resultado, se generan pequeños desprendimientos del EPR. Si bien una de estas “ampollas” puede impactar en la visión, la misma se ve mayor comprometida cuando la filtración continua por sobre la capa del EPR y se acumula debajo de la retina: conocido como liquido/fluido subretinal o desprendimiento seroso de retina.
La CRS raras veces afectan los dos ojos al mismo tiempo.
Los síntomas asociados a esta condición mas comunes son:
Los hombres suelen verse mas afectados que las mujeres, particularmente entre 30 a 50 años. El estrés figura entre los factores de riesgo de mayor importancia. Algunas personalidades, sobre todo la personalidad “A” tiene mayor predisposición a desarrollarla. El riesgo de recurrencia de los episodios de filtración oscila entre un 31% a un 50%.
Otros factores que incrementan en el riesgo de retinopatía serosa central son:
Normalmente la condición se puede diagnosticar con un estudio no invasivo como es la tomografía de coherencia óptica (TCO). Este estudio genera cortes casi a nivel histológicos de la retina permitiendo evaluar su espesor y detectando la presencia de filtraciones. Aquí se observa una TCO activa de un paciente.
En algunos casos es necesario también realizar una angiografía digital con contraste endovenoso. Este estudio consiste en la aplicación de un contraste en la vena del brazo, este contraste viaja por el resto del cuerpo y al llegar a la circulación de la retina, es detectado mediante filtros especiales con el uso de fotografía digital. Esto también permite detectar áreas de filtraciones, muchas veces con gran precisión lo que facilitaría la terapia con láser. El siguiente ejemplo de una angiografía con contraste donde la mayoría del flujo ya circuló por la retina, pero deja en evidencia un área con filtración.
La gran mayoría de los casos resuelven de manera espontánea sin tratamiento en uno o dos meses. Durante este periodo es importante vigilar que el líquido esté siendo reabsorbido. En los casos con severo compromiso visual o la falta de mejoría, y dependiendo del área de filtración, se puede realizar tratamiento laser convencional o tratamiento con un laser llamado terapia fotodinámica, lamentablemente de difícil acceso en nuestro país. Actualmente, el láser subumbral cuenta con posibles efectos terapéuticos. La gran ventaja de este último, es que no genera una cicatriz térmica, por lo cual seria muy seguro a la hora de aplicarlo cerca o sobre áreas muy sensibles de la vision central. La mayoría de las indicaciones de tratamiento se dan en pacientes que presentan líquido subretinal persistente por mas de 6 meses, donde el episodio se categoriza como una coroideopatia serosa central crónica.
La mayoría de los pacientes con retinopatía serosa central recupera buena visión inclusive sin tratamiento. Sin embargo, la visión no se recupera al mismo nivel previo. La mitad de los pacientes puede presentar una recurrencia, es decir nueva acumulación de liquido luego de haberse curado del episodio previo, como fue mencionado previamente, una tasa de recurrencia de hasta un 50%. Es importante el control rutinario de los pacientes para detectar liquido que a veces no es percibido dentro del campo visual ocular, y que es conocido su efecto deletéreo en la visión a largo plazo.
Puede encontrar mas información en la pagina de la Asociación Americana de Especialista de Retina.